Hace unos días anuncié aquí una exposición de Abanicos que se ha inaugurado en Miami. Me dio mucha alegría ver abanicos de grandes nombres de pintores cubanos del exilio, y menos alegría ver pintores que viven en Cuba y se pronuncian a favor del régimen y hasta lo representan (pero eso es lo que trajo el barco). Lo que dice muy bien del sentido aperturista de Miami (ciudad a la que algunos de esos pintores llaman “mafiosa”), aunque desafortunadamente los curadores obviaron a pintores que siempre, durante toda su vida, han trabajado con su obra el tema de los abanicos, como son Cepp Selgas, Clara Morera, y Ramón Unzueta, por solo mencionar a tres artistas amigos, a los que admiro por su obra, y de la que soy amiga debido a esa admiración.
Además, los tres son exiliados verdaderos, pagan impuestos en Estados Unidos, tanto Selgas como Morera viven en Estados Unidos, y Unzueta posee una galería con su nombre en Miami desde hace nueve años, en la Calle 8. Pero por encima de todo son grandes pintores, e inmensos artistas.
No comprendo mucho este tipo de selección, sin invitarlos ni mencionarlos a ellos, que tanto han trabajado el tema que se toca en esta exposición.
Zoé Valdés.
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Las obras expuestas en este post se exhiben o se exhibieron en Ars Atelier, algunas forman parte de mi colección particular, salvo el Alabbi de Cepp Selgas que se encuentra en la colección del Alcalde de París.
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